Encuentro Latinoamericano entre Docentes y Educadorxs Populares

Del 17 al 19 de octubre se realizó el

 En el actual escenario de disputa anticapitalista, la educación popular emerge como praxis educativa con reales condiciones objetivas y subjetivas de disputar hegemonías. Nos encontramos en un cruce de caminos históricos, por un lado un capitalismo que se reconfigura para intentar perpetuarse como única verdad existente y posible. Y por el otro, los movimientos sociales que crean formas organizativas integrales, incorporando categorías como género, cultura y trabajo, resignificando la categoría de clase para dar nuevas respuestas a modelos explicativos de la realidad para las transformaciones de las matrices educativas, culturales, políticas y económicas.

Las reformas educativas actuales en América Latina, implican una transformación profunda no solo de los sistemas educativos públicos, sino del sentido de la educación.

La educación es acción y experiencia de los sujetos involucrados, que le dan nuevo sentido a lo dado y construyen lo nuevo, otorgando sentidos a lo que acontece. Supeditar la educación a los requerimientos del mercado, implica despojarla del sentido político crítico de construcción de subjetividades. En estas nuevas perspectivas, el conocimiento se reemplaza por competencias operacionales. Se elaboran por fuera del sistema educativo los estándares, las competencias según las necesidades del circuito empresarial, para luego supeditar la acción pedagógica al desarrollo de esas competencias específicas, que luego serán “evaluadas”, es decir medidas y cuantificadas. Se trata de la reducción de la educación a un proceso de mecanización, borrando todo sentido político de transformación y su condición humana.

La educación popular nos posibilita repensar las prácticas, generar condiciones para la producción del conocimiento y, principalmente, transformar las relaciones de poder, develando el carácter político que le da sentido y direccionalidad.

La educación popular, con su acumulado histórico y su condición transformadora, derriba tanto los muros de la escuela como dispositivo estatal tradicional, así como, en aquellos que son construidos por nuestras propias organizaciones. Evidenciando que, ser parte de ellas, no nos resguarda del autoritarismo, ni de lecturas esquemáticas, dogmáticas o de un pensamiento colonizado y disciplinado por el capitalismo.


Última modificación: miércoles, 24 de octubre de 2018, 00:41